miércoles, 19 de octubre de 2011

Un día como otro, otro día tan monótono, ha sonado la alarma de mi móvil, la he apagado, me he dormido y mi madre me ha subido a despertar, me he retorcido, he abierto los ojos y ahí estabas tú, ya tan pronto, en mi cabeza, no puede ser pensé, pegué un salto y bajé al suelo, me vestí, me arreglé y, como siempre, no desayuné.
Monté en el coche, con una falsa sonrisa mientras miraba en el móvil una foto nuestra, qué días tan felices ,pensé (como de costumbre), ¿Por qué, por qué no puedo volver a aquellos días?, la respuesta la sé, porque tú no me quieres, hay que asumirlo, cuanto antes mejor.

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