domingo, 23 de octubre de 2011

Memoria de Pez

Días como hoy, domingos, tristes, apagados, sin mucha gente por la calle, me hace pensar.
Me hace recordar momentos, días, me hace recordarte, por desgracia.
Hace que me acuerde que en unos días posiblemente te veré, después de justo un mes sin hablarte, después de mes y una semana sin verte, y después de haberme prometido que nunca más volvería a recaer, no.
La promesa está hecha, y la voy a cumplir, no por ti ni por nadie, sino por mi, porque me quiero, y aunque quede poco, orgullo tengo.
La mayoría del que tenía lo derroché por tu culpa, por volver a ti después de todo, por volver a engancharme a tus besos, a tu piel, maldita dulzura la tuya.
A veces me gustaría no poder pensar, ser un pez, tener memoria de eso, de pez, que al minuto se me olvide todo, como me gustaría, que a cada minuto se me olvidara todo, y que minuto tras minuto te volviera a conocer como si fuera la primera vez, como si tus besos fuesen siempre como el primero, y como si tus mentiras fueran algo nuevo para mi, como si cada vez que oyese tu voz sienta ese cosquilleo por primera vez, y como si cada vez que me mirases me ponga roja por tú culpa, por primera vez. Como si cada vez que me mirases sonriese por primera vez, y como si cada vez que me cogieras la mano fuese por primera vez.
Pero no, no soy un pez, y los recuerdos siguen ahí, aunque quiera eliminarlos, vuelven a salir, aunque quiera mirar para otro lado, siempre me los encuentro de frente, ahí están ahora, recordando que me mentiste, recordando que nada era verdad, recordando que fui una ilusa por creerte, y recordándome que te sigo recordando aunque quiera olvidarte, recordándome que mi vida es un asco porque no sales de mi cabeza, recordando que aunque por mucho que llore y quede sin respiración, tú no estás ya aquí para devolvérmela. Recordándome que cada palabra que escribo es porque tú me vienes a la mente. Quiero olvidarte. Quiero olvidarlo. Quiero ser un pez, por favor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario